Página de José Manuel García Marín

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La intención, al abrir este nuevo blog, es guardar en él relatos completos, míos o ajenos, para quienes quieran leerlos en su totalidad. Desde el blog principal pondré un vínculo a éste en aquellos artículos que, por su extensión, sea aconsejable.

martes, 9 de octubre de 2012

El amante de la reina


Por José Manuel García Marín

Si quisiéramos hacer una síntesis del argumento de “El amante de la reina” (Roca Editorial), de Sixto Sánchez Lorenzo, podríamos simplificar diciendo que es un relato contado en primera persona de la vida del conde Axel von Fersen, vulgarmente conocido como amante de María Antonieta. Y aunque no deja de ser cierto, el resumen no define en modo alguno ni a esta  novela, ni a los personajes que le dan sentido. Fersen está a punto de morir masacrado por el populacho en las calles de Estocolmo y, como le había predicho Goethe, las imágenes de su vida vienen a su mente como “genios dichosos que posan deslumbrantes en las cimas del pasado”. A partir de este arranque, en un tono íntimo, ayuno de cualquier compromiso, con el desinterés que proporciona una muerte inminente y segura, la narración de Axel von Fersen se convierte en una confesión que de inmediato nos aproxima a la persona, más que al personaje.

       Tal vez el mayor logro de Sánchez Lorenzo consiste en conseguir que nos olvidemos de él desde las primeras páginas, y que nos parezca oír en verdad la voz del propio Axel. Y la mayor virtud de su voz es dibujar de tal forma cada paisaje, cada olor, cada escena, que nos parece que sus ojos son los nuestros. La sutileza con que se recrea el lenguaje de la época, el cuidado con que se manejan los detalles históricos, ya sean nimios o relevantes, la facilidad con que las palabras revelan los estados de ánimo, el acierto y la verosimilitud con que cada personaje, principal o secundario, aparece descrito, acaban envolviendo al lector de tal forma que siente verdaderamente que el autor de esas líneas es el propio Axel von Fersen.
 
Para conseguir tal efecto sin perder un ápice de respeto por los hechos reales novelados es necesaria una cuidadosa documentación histórica, como la que acredita la novela; sin embargo, en ningún caso la crónica se antepone a la novela. Esta nos ofrece la visión de la historia del propio protagonista, y a través de ella se deslizan las claves de un momento crucial para la historia de Europa y las contradicciones propias de los momentos de crisis, cambio o revolución. El propio Axel es víctima de tales contradicciones. Reflejo del Antiguo Régimen, se debate entre su juventud idealista, significada en su participación en la guerra de la independencia norteamericana, y la defensa del viejo régimen, motivada, más que por sus convicciones, por una lealtad hacia María Antonieta que desde luego fue mucho más allá del amorío, como el cuidado relato nos desvela. Su compromiso con los reyes, organizando la fuga hacia Varennes, y el declive del protagonista durante los veinte años que sobrevive a María Antonieta, en un conmovedor eterno retorno hacia su memoria en la mayor desolación, acreditan una devoción que no merece un tratamiento frívolo, como ya había apuntado Stephan Zweig en su biografía de la reina.

Desde luego nada frívolo hallará el lector de esta novela. Muy al contrario, se embarcará en un viaje hacia la profundidad de un sentimiento elevado, que la enseña de la familia Fersen hacía presagiar: “Tutto a te mi guida” (“Todo me lleva a ti”). Descubrirá el lector algunas circunstancias que la historia oficial omite, y gozará con la recreación, con los paisajes que el autor es capaz de dibujar con pocos trazos, como un pintor impresionista, y sobre todo con la profundidad espiritual que logra dotar al propio narrador, a Axel von Fersen. A pesar de tal hondura, los hechos de su relación con la reina se presentan serenos, como el discurrir del agua de un pequeño arroyo, como el retrato de dos seres que se mueven a cámara lenta y en primer plano mientras el mundo en derredor gira con la velocidad de la tormenta.

       Más allá de la historia, “El amante de la reina” es una novela en la que Sixto Sánchez Lorenzo exhibe su soberbio dominio del lenguaje -desde luego, poco común- y una prosa envolvente y fluida, que tiene algo de música dieciochesca, una cadencia que nos mece desde las primeras líneas y nos lleva en volandas a través de un relato apasionante hasta la última página, en que concluye el relato de una vida auténtica, que leemos con la respiración cortada, lentamente, en silencio, saboreando esa emoción que únicamente proporcionan los buenos libros.